La noticia del hallazgo del cuerpo sin vida de una niña reportada como desaparecida la semana anterior en Loja ha conmocionado
a moros y cristianos. Ya se anuncia que se impondrá todo el peso de la ley sobre los asesinos, uno de los cuales ya se suicidó “presuntamente”.
Todos exigimos derechos, pero jamás nos ponemos en el lugar del otro antes de atacar, apabullar, acosar al “igual” a mí; resulta más fácil pensar que la mejor defensa es el ataque y soltar el rafagazo de balas.
Mohamed Alí peleaba con la guardia baja, bailaba y jugaba en el ring. Como él debemos ser: combatir con la guardia baja y
pensar que si un niño muere o desaparece, algo estamos haciendo mal. Y como el odio se combate con amor, pues entonces pidamos más amor y menos odio. (O)
Pablo Virgili Benítez