No es el palacio de gobierno de Chile, sino el expalacio de Justicia de Guayaquil, llamado así por la ciudadanía cuando ahí campeaba el tráfico de influencias, la corrupción.
Anécdota: Una amiga detenida llegó a las 08:30. El juez, a las 10:30. El secretario le dio un libro, el juez comenzó a pasar las páginas sin leerlo. Se detuvo, golpeó el escritorio y exclamó: “Esto no va”. Y se marchó. El esposo de mi amiga, que había pagado $ 3.000 a un tipo, preguntó qué pasó.
La respuesta fue: “El juez quiere $ 3.000 más, para él solo”. Al reclamar la devolución del dinero, el tipo dijo: “¿Cómo vamos a devolver, si ya está repartido entre todos los del despacho, y hasta el juez llevó?”. ¿Habrá alguien que añore esos tiempos? (O)
César Antonio Jijón Sánchez