Progenitores detallistas y aplicados en los hogares merecen exclusivas felicitaciones; ellos trazan lo ideal para que sus hijos sean grandes colaboradores para el confort de la Patria. He tenido la libertad de conocer padres que saben educar a sus hijos, les enseñan lo propicio a sus descendientes y cuando están en escenarios tormentosos como buenos padres motivan su alma con palabras sinceras.
Esto no ocurre en todos los hogares. Eternamente dichoso el joven que vive con el cariño incondicional de su ascendiente; aprecia hoy a tus padres y abuelos, son lo esencial de tu existir. Es por ellos tu fabulosa presencia después del Creador Divino. Hoy sé obediente con ellos, respétalos invariablemente con leve atención.
Es irracional que un padre abandone a su hijo cuando este apenas está en pleno desarrollo del feto. Él dejó a su amada y a su hijo imprudentemente por una aventura de locura, de lo cual pasó lamentándose el resto de sus días. ¿Sabes por qué?: porque condujo por el destino equivocado, por no meditar pacientemente, después terminó creciendo varios hijastros. Él fue clave para que ellos lograran hacer realidad sus objetivos profesionales. A los pocos años que ellos se graduaron terminaron echándolo de su propia casa.
Su hijo triunfó y fue gran personaje. 30 años después se conocieron; el padre le solicitó a su hijo que le ayudara. Este que no era un hombre rencoroso, lo hizo de forma especial, de todo corazón. Ojalá les sirva de reflexión a los padres imprudentes; padres jamás dejen en manos de otros hombres a sus propios hijos e hijas. (O)
Carlos Javier JarquIn