Señor Director:

Es plausible el pluralismo del periódico de su dirección al presentar en sus columnas de opinión, junto con artículos de corte radical y antiimperialista (pongo ejemplo particularmente a los de Jaime Galarza), uno que otro de corte francamente pro imperial. Me refiero, ahora, a aquel que lleva por título “Hacia un nuevo orden mundial”, de Fabrizio Reyes (13.12.2012).

El autor ensalza al señor Obama por el hecho de haber sido votado por la mayoría de latinos y otras minorías para su reelección y porque está llevando a cabo tímidas medidas tendientes a resolver la tremenda crisis inmobiliaria. Comento, a este respecto, que al sector progresista de ese país no le quedaba más opción frente a la amenaza fascistoide del candidato republicano.

Pero el señor Obama está lejos de considerarse entre los actores de los cambios profundos que la humanidad espera para salir de la pesadilla capitalista, pues, defraudando a su propio pueblo y a los pueblos del mundo, sigue empeñado en obedecer a los empresarios fabricantes de armas y mantiene o promueve guerras cuyo único propósito es someter a las pequeñas naciones.

Ahora mismo ha fortalecido a la CIA, esa tenebrosa mafia vinculada al narcotráfico, para combatir el “terrorismo” con actos precisamente terroristas. También menciona, el columnista, como ejemplo de esos cambios profundos al derrocamiento de Mubarak en Egipto y lo que él llama “las revueltas en otros países árabes”.

Muchas de esas “revueltas” no son otra cosa que la aplicación de la política imperial que no vacila en armar mercenarios -lo hizo en Libia y lo está realizando en Siria- sin otro propósito que el de apropiarse de sus riquezas del subsuelo, particularmente el petróleo. (Cierto es que hay inconformidad manifiesta en esos países que reclaman más democracia, pero eso es aprovechado para propósitos non santos, desde el capital transnacional opresor y corrupto).

La Revolución Mundial deberá venir, tras los presentes balbuceos de los pueblos oprimidos, para derrocar al sistema capitalista e implantar uno equitativo y justo, y no fruto de las acciones del señor Obama y sus áulicos de los países tercermundistas, sino similares y mucho más profundas que las que valientemente llevan a cabo varios países de América Latina.

Atentamente,

Jaime Muñoz Mantilla
C.C. 1702447747