No importa el horario, ni siquiera si se trata de una cooperativa de taxis ejecutivos, simplemente ningún chofer hace uso del taxímetro. Las excusas que generalmente tienen los conductores es que “la tarifa no está regulada” y que eso es una pérdida de dinero para ellos.

En una ocasión, pedí una carrera desde Sauces hasta Urdesa. La tarifa que ellos plantean usualmente llega a $ 4 o $ 5, dependiendo del tráfico, así que quise poner a prueba al conductor en los primeros días, donde se realizaban más operativos de control. Solo tuve que cancelar algo más de $ 3 y pagué lo marcado, aunque, por su gesto, noté que al taxista no le agradó el pago.

Nuevamente, en los días siguientes quise tomar la misma ruta, pero solo bastó con terminar de decir “con el taxímetro” para que el conductor no lo pensara dos veces y arrancara como si lo hubiese ofendido. El siguiente taxista tuvo la misma reacción y no tuve otro remedio que pactar el precio con otro, como convencionalmente se lo hace, para llegar al sitio deseado.

Si existe un medio regulador de tarifas, como ocurre en otras ciudades, ¿por qué en Guayaquil no se lo respeta? Sin ofender al gremio, hay algunos que exageran en sus tarifas, a tal punto de cobrar el doble por una carrera en donde se llega a cancelar hasta $ 2,50.

La ciudadanía agradecería a la ANT si toma en cuenta otras medidas para exigir el uso del taxímetro.

Carolina Maldonado