En la página 14, sección Mundo, del  viernes 13 de diciembre, se tituló ‘Daniel Ortega quiere seguir en el poder’ y en el subtítulo dice “El mandatario, que ha gobernado Nicaragua desde 1979, podrá aspirar a un cuarto período…”. 

Por rigor histórico, considero conveniente aclarar esta información, que proviene de las agencias AFP/EFE y  que lleva a confusión y espero, como lector asiduo y colaborador eventual, que sea un error de vuestro editor internacional, en el momento de redactar el título.

La Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional accedió al poder gracias a la insurrección popular que derrotó y expulsó a una de las más abyectas dictaduras del continente, el 18 de julio de 1979, bajo la conducción del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). En 1984 el FSLN, en un gesto inédito en la historia de las revoluciones armadas triunfantes, convoca a elecciones generales y gana el binomio Daniel Ortega-Sergio Ramírez.  Primer gobierno de Daniel Ortega como presidente electo de la República de Nicaragua.  EE.UU. ya había  financiado a la contrarrevolución, asesinado a centenares de patriotas, incluyendo el bloqueo con minas submarinas en los principales puertos de Nicaragua. En 1990, nuevamente el FSLN  convoca a elecciones, y con la pistola de la guerra en la sien, el pueblo nicaragüense vota por Violeta Chamorro.

En 1996, nuevas elecciones y gana Arnoldo Alemán Lacayo; en 2001 elecciones generales que son ganadas por el Partido Liberal Constitucionalista y es elegido presidente Enrique Bolaños Geyer. En noviembre de 2006   gana las elecciones el FSLN y en enero de 2007 asume el comandante Daniel Ortega -recién por  segunda vez- el gobierno de Nicaragua. Es decir, 17 años después de oscuros gobiernos neoliberales. En 2012 es reelecto y gobierna por tercera vez.

Hay en el artículo una comparación con Somoza que es realmente perversa. Creo en la alternancia de los cuadros de dirección. No creo que las nuevas revoluciones deban ceder ante las presiones seudodemocráticas de la derecha. Hay que ganar todas las elecciones. La Reforma Constitucional en Nicaragua es legítima y todos esperamos que el FSLN continúe en el poder y en la lucha antiimperialista con la ALBA y la Celac.

Luis Varese