Como ciudadano común y corriente, le hago llegar mi felicitación por haber nombrado como Ministro de Industrias al economista Ramiro González, sin duda uno de los ejecutivos gubernamentales más efectivos y propositivos con los que cuenta su régimen.

Hemos seguido su  exitosa trayectoria desde cuando, por elección popular, estuvo en el Gobierno Provincial de Pichincha como consejero y prefecto, ni qué decir de su singular y modernizadora  gestión en el Seguro Social, donde se han alcanzado logros invaluables para afiliados y jubilados.

Señor Presidente, dada su visión arquetípica de lo que debe hacerse en nuestro hermoso país, estoy seguro de que usted pensó en este ciudadano como una pieza fundamental para emprender en el nuevo modelo económico-productivo del Ecuador… ¡Qué acierto Señor Presidente!

No tengo ninguna duda en que el economista González tendrá a mediano plazo un éxito apabullante en sus propuestas para la gran industria, las pequeñas y medianas empresas y ni qué decir con la microempresa, así como las artesanías. Muy pronto usted va a medir los réditos de esta importante elección por usted mentalizada.

Confío en que usted y su Gobierno puedan contar permanentemente con el soporte patriótico de ecuatorianos como el del señor González para que administren en forma efectiva las distintas responsabilidades públicas que usted tiene el acierto de encargarles y que no vean en estos compromisos la oportunidad “única” de enriquecerse a costa del erario del Estado.

David Jara Garrido
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