Isabel Morlás tenía 14 años cuando pidió a José de Villamil que efectuara un baile el 1 de octubre de 1820 en su casa para conocer al oficial León Febres-Cordero y Oberto.
Doña Ana Garaycoa de Villamil se afanó en prestar su casa de acuerdo con la condición social que le correspondía y con la larga lista de invitados, dentro de la que se encontraban las más distinguidas familias guayaquileñas; en la fiesta del 1 de octubre se reunieron los patriotas, y para jurar la participación en la independencia de Guayaquil.
Francisca Garaycoa de Vivero colaboró incansablemente por la causa de la libertad en compañía de su esposo, el abogado Luis Fernando Vivero, natural de Pujilí, destacado político, quien con el triunfo de la revolución fue nombrado secretario del Gobierno Provisional.
Manuela Garaycoa de Calderón apoyó a sus hijos Abdón y Francisco, de 16 y 11 años, respectivamente, para que intervinieran en los hechos que terminaron en el 9 de Octubre de 1820. Posteriormente Abdón integró la División protectora de Quito como subteniente y estuvo guerreando en Camino Real, Primer Huachi, Tanizagua, Cone, Segundo Huachi, Riobamba, hasta quedar gravemente herido en la Batalla del Pichincha, el 24 de Mayo de 1822, luego fue trasladado a la casa del doctor José Félix Valdiviezo, donde murió 14 días después, el 7 de junio de 1822.
Los hombres que se esforzaron por conseguir libertad, además, fueron el cacique Hilario Álvarez, León de Febres- Cordero, teniente Rafael Jimena, Francisco de Paula Lavayen… (O)
Lic. César Burgos Flor