La conformación de la Asamblea Nacional trae aparejadas nuevas estadísticas, nuevas visiones, condiciones e imagen, entre otras tantas que serán motivo de análisis con el transcurrir de los días.
La presencia cada vez más numerosa de mujeres -con respecto a períodos anteriores- en el Legislativo pone de manifiesto que existe mayor participación de las féminas en la política ecuatoriana, aunque para ello fuera necesario la aplicación de una ley de equidad de género que obliga a los partidos y movimientos políticos a incluirlas.
Sin embargo, esta presencia que refresca un ente tradicionalmente dominado por hombres, tiene antecedentes en la política a nivel internacional, incluso con mayor presencia y contundencia, tanto en cuanto naciones en el ámbito sudamericano y centroamericano han llevado recientemente al solio presidencial a destacadas damas, como Cristina Fernández en Argentina, Michelle Bachelet en Chile (el período anterior), Dilma Rousseff en Brasil, Laura Chinchilla en Costa Rica.
Y anteriormente María Estela de Perón en Argentina, Violeta Chamorro en Nicaragua, Mireya Moscoso en Panamá. Mientras que líderes mundiales, como Golda Meir en Israel, Margaret Thatcher en Gran Bretaña, Ángela Merkel en Alemania y Park Geun-hye en Corea del Sur (en funciones), Benazir Bhutto en Pakistán han puesto su sello de “damas de hierro” en el “Viejo Continente” y Asia.
El manejo del Legislativo por parte de damas llena las expectativas de los ecuatorianos: es la primera vez que una mujer ostenta directamente esa dignidad (presidencia de la Asamblea, tercera en la sucesión presidencial), además de las dos vicepresidencias. La tríade que PAIS propone tiene la finalidad de consensuar (aunque tiene mayoría absoluta) el tratamiento y la aprobación de leyes que por estratégicas han sido postergadas o bloqueadas en el anterior período legislativo en atención a consideraciones particulares de grupos opositores al régimen.
No es de esperar que por ser mujeres se considere blando el manejo legislativo y fiscalizador (atribuciones de asambleístas). El desempeño en funciones ministeriales de Marcela Aguiñaga, legislativo de Rosana Alvarado y gobiernos autónomos de Gabriela Rivadeneira, deja entrever que son “mujeres de armas tomar” a las que les asiste una importante preparación y experiencia, especialmente en el campo social.
Las tres asambleístas al mando de esta función del Estado forman parte del grupo de 47 que logró PAIS más sus alianzas y las 52 en general que lograron una curul en el proceso electoral del 17 de febrero último. Estas cifras denotan la importancia que la corriente de la Revolución Ciudadana le ha dado a la equidad de género y que se observa también en el número de mujeres que forman parte del Gabinete Ministerial del presidente Rafael Correa.
Se vislumbra, así, un futuro más sólido de las mujeres en el poder político, que podría llevar a una dama, por primera vez en la historia de nuestro país, a ganar unas elecciones presidenciales y cambiar las estructuras operacionales de Carondelet, así como la óptica de la política, tanto nacional cuanto internacional, del Ecuador del siglo 21.
Ramiro Serrano Miranda
Durán - Ecuador
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