Por abuelo despistado, de pronto me encuentro en un área atestada de peatones y autos; en voz alta pregunto y me responden: “Es que hoy es Black Friday”. Para pasar el rato abro el periódico y leo: Black Friday, weekend, cybermonday, sale 30% 60%… 100% (perdón, leí mal).
Contrastando con la algarabía, una joven pareja disfrutaba de un placentero descanso a la sombra de un árbol; reflexiono: ¿Acaso no están enterados del gran día?
Si lo están, son jóvenes millennials comprometidos con una nueva contracultura. Así como en la década del 60 del siglo anterior los hippies se contrapusieron al capitalismo consumista, hoy ellos han optado por un modo de vida minimalista.
Rompiendo el paradigma de la felicidad del consumismo injustificado, en un ejercicio de desapego emocional importante, optan por un nuevo estilo de vida, una filosofía alterna; deshacerse de los excesos de la vida a favor de enfocarse en lo que consideran importante para encontrar su felicidad, realización y libertad.
No son practicantes del ascetismo, no practican la abstinencia como principio purificador en muchas religiones o como virtud. No renuncian a la que más les gusta, basan su vida en objetivos, no en cosas; aprecian en su justa medida el valor de uso de las cosas. Tienen bondad con el planeta, la sociedad y los animales.
Cuánto me alegro por estos jóvenes; contribuyen a un mundo mejor, conducen el camino a la frugalidad, frugalidad que, anhelo, pronto se impondrá por el bien de la humanidad. (O)
Reinaldo Torres Jaramillo