Se ha ido un hombre ejemplar, diplomático serio, responsable y patriota. Escritor de fama nacional e internacional. En México hice llegar su obra “Heredarás un mar que no conoces y lenguas que no sabes” al maestro Juan Rulfo y al poeta y cantautor uruguayo Alfredo Zitarrosa; a ambos les gustó mucho.
Fue el canciller que jugó un papel fundamental junto al presidente Jaime Roldós, lo que testimonia en su obra “Hombres de paz en lucha”; el delicado poeta; el autor de “El país de Manuelito”. Invitado por mí a visitar el Colegio 24 de Mayo, su obra fue analizada durante varios años por las estudiantes, para quienes fue un regalo su amable visita y el diálogo sostenido, de la manera más sencilla y clara, como era su vida. Recuerdo su mensaje al hablar de su obra: “Lo fundamental de una obra lo constituyen los silencios”.
Me honró con su amistad, igual que su ejemplar compañera Julia. Nos vimos en lugares diferentes: Buenos Aires, Madrid- en donde conjuntamente con mi padre y mi hermana, dialogamos animadamente- ; Caracas, ciudad a la que tuvo la bondad de invitarme para rendir homenaje a la memoria del insigne Benjamín Carrión. Allí compartimos momentos felices con Alfonso y Julia, el doctor Ángel F. Rojas y su esposa Maruja Pérez, Raúl Pérez Torres y el conjunto Pueblo Nuevo.
Cuando era embajador en Alemania, fue solidario y cariñoso con los estudiantes ecuatorianos, entre ellos mi sobrina Milena Hadatty. En Quito nos acompañó en el homenaje que la Fundación “Mora Reyes” rindió al Dr. Ángel F. Rojas.
Reciban Julia y sus hijos la solidaridad y el cariño de toda mi familia. El recuerdo luminoso de Alfonso Barrera Valverde nos acompaña.
Dra. Matilde Mora Witt
C. 11-00078318