Continúo siendo un soldado de la educación, comprometido con el Sistema de Educación Nacional, por ende, con la formación completa e integral de los educandos, futuros celadores de sus respectivas familias, representantes de nuestra sociedad y fieles defensores de nuestra querida patria.
Hace muchísimos años he denunciado y combatido con persistencia todo lo negativo y nefasto que han ocasionado y siguen ocasionando muchos docentes y autoridades que laboran en las distintas instituciones educativas públicas, que de paso son reincidentes. Hoy puedo decir que las ideas y los hechos que he movilizado han contribuido, en una pequeña pero significativa parte, a que a mí se hayan unido otros (as) servidores (as) de la educación, así como padres de familia que han ofrecido su valiosísima colaboración y tomar valientes y firmes decisiones para sostener la Revolución Educativa impulsada, desde 2007, por nuestro presidente, Ec. Rafael Correa.
El mismo sentido crítico que impuse con decisión, firmeza y valentía, durante mi labor desarrollada en la ex-Comisión Provincial de Defensa Profesional del Guayas (1994-1996), lo sigo aplicando al criticar la falta de decisión de otros docentes y autoridades, especialmente de las (os) que se encuentran en posiciones más cómodas, que en sus funciones, jocosamente, se parcializan con los actos irregulares, de barbarie, de violación de normas legales y reglamentarias de educación, y de corrupción, cometidos por las y los docentes de su entorno.
Cuando acepté el reto de mejorar la calidad de la educación, y desde la Revolución Educativa, yo sí he apoyado. Y seguiré apoyando con el convencimiento de que habrá una verdadera reforma en el Sistema de Educación Nacional, empezando por hacer cambios desde sus entrañas, esto es, desde arriba hacia abajo, duélale a quien le duela.
Es necesario erradicar a los causantes de las anomalías y defectos que han hecho entorpecer la Revolución Educativa, es decir, que este proceso no debe estar infectado por ciertos (as) administradores (as) de la educación, que ven, oyen y callan. Dicho en otro lenguaje, que son ciegos, sordos y mudos a las irregularidades que cometen sus fieles seguidores. Y como parte de este proceso, las autoridades superiores de educación deben tomar la iniciativa y decisión de promover algunos cambios en los planteles educativos, pero desde ya. Esto lo digo porque se vislumbra que no se están cumpliendo con las normas dispuestas en la Ley Orgánica de Educación Intercultural y su Reglamento, en la Ley Orgánica de Servicio Público y su Reglamento, y en la Constitución de la República del Ecuador. Por ejemplo: en uno que otro colegio fiscal todavía continúan docentes como rector (a), vicerrector (a), inspector (a) general y subinspector (a) general, encargado (a), pese a haber transcurrido el tiempo para el cual fueron encargados. Y lo curioso es que siguen encargados (as) con oficio, mas no mediante acuerdo o con una acción de personal. Si en el Ministerio de Educación se programó, en marzo de 2013, y se dio a conocer el calendario de fechas de las auditorías a efectuarse en los colegios fiscales Eloy Alfaro, Francisco de Orellana, 28 de Mayo, entre otros, es hora de que las auditorías se cumplan. Y sin temor a equivocarme, concluirán que la corrupción ha campeado en muchos de estos centros educativos.
Una de las frases célebres escritas por Joan Báez, dice: “Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella”.
Prof. Miguel Ángel Rugel Sono
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