Opositores se quejan de que no hay democracia, que no hay libertad de expresión y que el Gobierno es populista. En el pasado la supuesta democracia era patrimonio de un pequeño grupo elitista enquistado en todos los gobiernos. Hoy la democracia es auténtica, participativa e incluyente para todos los ecuatorianos.
Ciertos medios y periodistas prepotentes de cuestionada actitud injuriosa con aires de intocables, deberían entender que, como tales, no están al margen ni existe ley alguna que les excluya de los derechos y obligaciones que tenemos todos los ecuatorianos. Hoy, gracias a los enlaces ciudadanos sabatinos, a los canales de TV incautados y al diario El Telégrafo, conocemos de cerca la verdad, al fin los ecuatorianos tenemos la opción de elegir medios de información diferentes.
Populistas fueron aquellos demagogos que engañaron, traicionaron y fueron destituidos por el pueblo. A diferencia, popular es el gobierno de la Revolución Ciudadana, que más que promesas siembra realidades. La popularidad ascendente e indeclinables de nuestro gran líder, el compañero Presidente, es el resultado del reconocimiento y gratitud espontánea de su gente.
Hablar de pobreza es una falacia, quien más se ha preocupado en combatir esta desigualdad es precisamente nuestro presidente Rafael Correa Delgado; con los de siempre en el poder, habríamos estado sumidos en la miseria. ¿Qué nos pueden ofrecer los candidatos opositores que no hayan sido considerados por este Gobierno? Seguramente lo único que se le ha escapado a nuestro Presidente, y que obviamente estará en los planes de Gobierno de estos contendores, será indudablemente regresar al pasado.
El nuevo Ecuador está en marcha, lo estamos viviendo y disfrutando hace rato sin delirio ni espejismos. Desertores que iniciaron con este Gobierno se han desnudado demostrándonos en verdad quiénes son y qué perseguían, el solo hecho de verlos con cuáles hoy comulgan y quiénes son sus aliados nos exime de comentarios. Al margen de aquellos que claudicaron desde Montecristi, este Gobierno avanza altivo y soberano cumpliendo con sus metas y objetivos.
A opositores nostálgicos del ayer y ávidos de poder, les parece poco o nada que no hayamos sido víctimas de la crisis mundial que soportan otros países, que no tengamos los índices preocupantes de desempleo que enfrentan países desarrollados del mundo.
Los comentarios de prestigiosos y distinguidos personajes internacionales que elogian y consideran referentes las políticas implantadas en nuestro país por este Gobierno. Las gigantescas obras, los grandes cambios y la asistencia social muy admirada por el mundo que este Gobierno presta a nuestros compatriotas escondidos, marginados y olvidados, de los que nunca se acordaron anteriores gobiernos.
El rescate de la dignidad y soberanía de nuestra patria que la compartimos actualmente, no como un producto negociable sino como un sentimiento que analtece el espíritu de su pueblo. Modestia aparte, ninguno de los candidatos opositores está a la altura de nuestro singular y gran líder de multitudes populares que camina invencible ante la impotencia y amargura de víctimas de odio.
Leal a su lema, hasta la victoria siempre, señor Presidente.
Atentamente
Fabián Chiluiza Villalba
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