La gran mayoría sabe, conoce perfectamente que “una mentira repetida, se convierte en verdad”. Estrategia básica de los periodistas de la oposición frente al Gobierno. Modalidad que se está convirtiendo en costumbre, actitud que debe ser rechazada, más aún si nace de la pluma de comunicadores sociales.
He leído en algunos diarios, ya hace algún tiempo y ahora actualizado, que “el Gobierno es el tirano responsable de la marginación de algunos periodistas”, que han resuelto retirarse de los medios donde laboraban, concretamente Carlos Vera, Carlos Jijón, Jorge Ortiz y ahora Emilio Palacio.
Verdad es -y eso no se dice- que estos ciudadanos han utilizado la prensa para desacreditar al Gobierno central, esencialmente con sofismas y diatribas, las que el Primer Mandatario ha rechazado, con sobra de merecimientos, en su permanente posición contestataria. De tal manera que es inaceptable que -con muy mala intención- se informe en editoriales o en columnas que “el silencio o retiro de estos periodistas es a consecuencia de “acciones dictatoriales del Presidente”. Tengamos muy en claro que toda persona, en democracia, puede y está en la obligación social de defenderse de los ataques que pretendan denigrar la integridad moral y legal de sus procedimientos si se lo hace sin bases justificativas; con mayor razón si se trata del Jefe del Ejecutivo.
Con ese criterio de los periodistas que aseguran tal desfachatez, tenemos que convencernos de que se está tratando de convertir a los medios de información en entes intocables que pueden, por mala fe o cualquier otra circunstancia, indisponer a terceros libremente. No señores, de ninguna manera; de tal forma que estamos totalmente de acuerdo con que se los combata con la verdad, y que si aquello origina que se alejen de sus trincheras, a buena hora, pues aquellos no merecen espacios de prensa, sabiendo que la misma solo puede ser asidero de la verdad histórica.
Arturo Santos Ditto
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Guayaquil-Ecuador