La segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) acaba de finalizar en Santiago de Chile, en el contexto de una crisis económica y financiera de Europa, que puso en agenda las relaciones de este continente con el nuestro y en particular, las de la Unión Europea con el Mercosur.
La importancia que se le daba a este encuentro lo materializó la presencia de la jefa de gobierno alemana, Angela Merkel, y la estrategia quedó sintetizada en la frase “Necesitamos el comercio, más libre comercio, y tenemos que evitar el proteccionismo” por boca del presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy.
El planteo estuvo dirigido a firmar un documento en donde quedara explícito el compromiso de los países latinoamericanos en garantizar una seguridad jurídica para las inversiones; texto que fue rechazado por varias naciones, entre ellas: Argentina, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Cuba y Nicaragua, lográndose con posterioridad un escrito de consenso. Evo Morales profundizó el análisis haciendo referencia a que este tipo de reuniones demandan un escenario de confianza, por estar marcados por un pasado de invasión, colonización y saqueo.
Es claro que estamos viviendo una etapa de debate y confrontación sobre el rol de los organismos multilaterales de crédito, las consultoras, las calificadoras de riesgo y el capital financiero; temas estos que la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha reiterado claramente en todos los foros internacionales a los cuales ha asistido. El segundo elemento cualitativo de la Cumbre de la Celac lo ha constituido la asunción de su presidencia por parte de Cuba.
El jefe de Gobierno, Raúl Castro, afirmó que este organismo creado en el año 2010 no es “una sucesión de meras reuniones ni coincidencias pragmáticas, sino una visión común de la patria grande” y agregó: “Sabemos que entre nosotros hay pensamientos distintos e incluso diferencias, pero la Celac ha surgido sobre el acervo de 200 años de lucha por la independencia”.
La nueva realidad latinoamericana se expresa con mucha nitidez frente a lo que vino ocurriendo por décadas, donde el empecinamiento de Estados Unidos dejó siempre afuera de la OEA a Cuba; mientras que, ahora, esta nación ejerce la presidencia pro témpore del organismo que no integran ni Canadá ni -como dijera Pepe Mujica- “el patrón del norte”.
El tercer dato es la reafirmación de que la Celac, la Unasur y el Mercosur no son contradictorios entre sí, ni superponen sus funciones, sino que avanzan en mayores niveles de complementariedad con cada evento que algunos de ellos organiza.
A 160 años del nacimiento de patriota de Cuba, José Martí, la lucha de los pueblos y el trabajo mancomunado de muchos gobiernos de la región sigue cimentando a América Latina como un referente indiscutido ya, en el mundo multipolar que hoy estamos transitando.
Óscar Laborde
Representante Especial para la Integración