Centro quiere decir que no tira ni para un lado ni para otro; esta definición está bien cuando una coloca algo que quiere que se encuentre estéticamente equilibrado.
Yo dudo mucho de todos aquellos que se catalogan como de centro. En ideología no creo que exista tal, especialmente cuando aquellos han militado en la izquierda o son de derecha.
Ahora se habla de pragmatismo (dogma filosófico creado por un psicólogo norteamericano de nombre Guillermo James 1842-1910); definición que ha tomado connotación en la campaña política -ya en ciernes- que significa simplemente ser prácticos; ergo: no importan las ideologías. Y algunos candidatos y ‘analistas’ la repiten convenientemente; además, la acompañan con “para recuperar la democracia”. Solo falta que algún iluminado nombre a su partido como: ‘Democracia Centro Pragmática’.
Parece que entre todos los candidatos pragmáticos se han puesto de acuerdo; hay que acabar con el correísmo, botar al tacho de la basura o cambiar la Ley de Comunicación. ¿Tan peligrosa es la ley más utilizada por quienes no votaron por ella? Hay que devolver la democracia -léase el poder- al pueblo -aquí léase a la derecha, a la oligarquía y a los bancos-. Un precandidato quiere cerrar BanEcuador para darle el dinero del Estado a la banca privada; ese señor ahora es pragmático.
La candidata MDG-PSC no se acuerda que ya ese partido le jugó bien feo en las anteriores elecciones: es pragmática. Para el candidato por la renovada ID, todos estos años el Gobierno no ha planificado… y dice que, con espíritu de cuerpo, defenderá a las FF.AA., léase Issfa. Las perlas de algunos harían un collar. País, ciudadanos, atentos con los pragmáticos. (O)
Analucía Sosa