A todo ser humano debe haberle ocurrido alguna vez que le viene una circunstancia aparentemente problemática que le preocupa por varias horas, pero que termina beneficiándole. Bien dice el pensamiento: ‘Los momentos de más dura prueba serán tu mayor triunfo’.

En el país, hoy es 11 de agosto cuando escribo, se avecina un paro de una oposición que no tiene nada de inteligente y coherente. Siguen quedando mal, como siempre. Hay que sufrir vergüenzas ajenas. Las mismas caras, los mismos, sin vergüenza, sin honor. Igualitos al falsario Cléver Jiménez. Hizo quedar mal a nuestro apellido Jiménez, que está lleno de gente honrada y trabajadora, de gente que habla la verdad y defiende la verdad. Es un paro vergonzoso porque están en oposición los indios, que han vivido vida de pobreza, junto a los multimillonarios como el banquero Lasso. Los indios respaldando a la oposición de los grupos económicos representados por los medios de comunicación El Universo, El Comercio, Ecuavisa, Teleamazonas y otros.

Los canales de TV Ecuavisa y Teleamazonas se esmeran por mejorar sus programas y ser vistos por millones de ecuatorianos, quieren que el pueblo ecuatoriano esté mirando sus programaciones como El Combo Amarillo, Yo me llamo y otros. Son buenos, a mí me gustan, pero esos canales cuando se vienen las grandes decisiones, si se está o no a favor del pueblo, ahí le traicionan, ahí solo valen los millones; y quieren vivir del pueblo, pero traicionándolo. Viven de la gente de pueblo, pero a sus espaldas le clavan la puñalada.

El pueblo solo existe para ser tonto útil. Los programas de comentarios de la mañana son elaborados con la mira de atacar al Gobierno. Siempre están en las entrevistas los opositores más enfermizos, expertos en tergiversar la verdad, y, de vez en cuando, los que han hecho y hacen la revolución, que tanto bien ha traído al país. No soy afiliado a la Revolución Ciudadana, fui de la Izquierda Democrática que terminó arrodillándose a los poderes mediáticos y económicos; y de ese partido, con dos ocasiones de inmensas mayorías en el Congreso, no recordamos nada, no hay una ley que recuerde a ese partido; y algunos ilusos quieren volver a ese partido que terminó traicionando al país.

A estos poderes le hacen el juego los indios y algunos dirigentes de los trabajadores que ya están 30 o 40 años en esa función. Solo falta que los dirigentes indígenas salgan del brazo con el Alcalde de Guayaquil y el de Quito, que pertenecen a la extrema derecha que con seguridad está recibiendo asesoramiento de la CIA con su respectivo apoyo económico. Quito debe ser, por historia, cuna de la revolución, y terminaron eligiendo a uno de derecha. Tienen que enmendar errores históricos. Es grave caer en la antihistoria. El Ecuador ya cambió, pero tiene que cambiar más. No es posible, no es cristiano que el 90% de la riqueza del país esté en manos del 2% de la población, igual que en Paraguay; lo supimos con el Papa, que el 80% de las tierras de ese país está en manos del 2% de la población guaraní. ¡Qué horror! ¡Qué barbaridad! Ojalá que todo cambie en Latinoamérica sin necesidad de una guerra que nos haga retroceder cien años en el desarrollo económico y del Buen Vivir.

Lo bueno de todo esto es que los opositores son minoría, somos millones los que somos más inteligentes. No hay mal que por bien no venga. Nos vamos definiendo qué somos y con quién estamos. Después de estos momentos un poco problemáticos les agradeceremos, por ayudarnos a definir quiénes anhelan el adelanto de la patria.

Atentamente
Dr. Wilfrido Jiménez Espinosa