Desconcertados quedamos los televidentes cuando vemos y escuchamos en ciertos canales a entrevistadores de programas políticos o sociales que intervienen, directamente parcializados e incluso interrumpen en lo más sustancioso de la intervención al entrevistado, dándose casos que formulan dictámenes contrapuestos o malinterpretando lo que el interlocutor pretendía hacer comprender.
Y como si esto fuera poco, por más tiempo y sin interrupciones le dan el uso de la palabra al contradictor, notándose una manifiesta pleitesía a tal o cual posición. Esas “entrevistas” no se pueden tomar como serias. El pueblo, para vivir en libertad y democracia, merece respeto, conceptos claros. No pretender conducirlo a la docilidad tratando de convencerlo de que lo que es malo es bueno y viceversa. (O)
César Antonio Jijón Sánchez