Durante toda la semana he leído diferentes artículos relacionados con las tendenciosas denuncias en contra de Enrique Arosemena Robles, a quien un abogado que trabajó en ECTV sigue un juicio por insolvencia. No he querido comentarlos, pero luego de leer la información publicada el viernes 3 de junio, con el título “Voces ciudadanas internacionales repudian ataque por caso juzgado”, me siento en la necesidad de dirigirme a ustedes para expresar mis puntos de vista.
En la información publicada, ustedes han destacado el apoyo expresado al diario por ciudadanos y organizaciones internacionales, quienes dicen hablar en defensa de la libertad de expresión. Nadie puede oponerse a la vigencia de esa libertad, y yo menos que nadie; pero me permito recordarles que la libertad de expresión, como todas las libertades humanas, tiene su límite, y en este caso el límite es la verdad. Nadie tiene libertad para injuriar ni para calumniar y un periódico que dice ser serio debe tenerlo muy en cuenta.
En este contexto reflexiono y me pregunto: ¿ante quién se denuncian represalias de un medio privado contra un funcionario, contra quien formulan acusaciones sin haber hecho una investigación ética y profunda de los hechos, con el único afán de perjudicar al Gobierno dando crédito incondicional a la parte contraria?
Cada ciudadano tiene el derecho de optar por las alternativas políticas que le parezcan, y no debe dar cuenta a nadie de sus opciones; y en el caso de quien ha sido involucrado en esta denuncia, ha trabajado de forma honesta para contribuir en la construcción de un Ecuador mejor para todos.
Mucha suerte tienen ustedes de que organismos internacionales, políticos y ex presidentes salgan en defensa ante lo que ustedes consideran una agresión a la familia Pérez. Lo mismo quisiera yo que ocurra en el caso que motiva esta carta, quien sí es víctima de una campaña de desprestigio, una campaña que juega con la honra de las personas.
Entonces habrá que conformar organizaciones que defiendan la libertad de expresión de la sociedad y de los afectados de los medios de prensa, como es este caso.
Ustedes se sienten afectados cuando el Presidente lanza calificativos contra la prensa. ¿Se han puesto a pensar que también Enrique Arosemena tiene hijos, padres, hermanos, que se sienten afectados por los reportajes que pretenden desprestigiarlo como ciudadano? En este caso, ¿quién sale a la defensa?
Me hubiese gustado que quienes conocen muy bien la formación de Enrique, y quienes han sido parte de ella, como algún connotado personaje de la vida pública, salgan a protestar contra los medios que difaman y exijan ética y ejercicio del buen periodismo en sus artículos.
Yo tampoco me voy a callar, señores de El Universo, cuando veo tan de cerca la falta de ética de los medios. Me voy a acoger a una frase del ahora tan de moda y mimado por la prensa burguesa por muchos años,Mario Vargas Llosa, cuando en su carta de renuncia a El Comercio, de Lima, denuncia que ese medio de comunicación “...viola a diario las más elementales nociones de la objetividad y de la ética periodística: Silencia y manipula la información, deforma los hechos, abre sus páginas a las mentiras y calumnias que puedan dañar al adversario...”.
Coincido con este pensamiento...
Consuelo Hidalgo L.
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