La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) es un cartel de los grandes dueños de medios impresos del continente, que nació en el marco de la Segunda Guerra Mundial y se moldeó luego, al calor de la Guerra Fría, para protagonizar una historia de defensa de intereses oligopólicos, alianza con los poderes imperiales y atentados contra la soberanía de los pueblos latinoamericanos.
La acción de la SIP, en este sentido, está debidamente documentada y se ha basado en el empleo de esquemas de desestabilización que, al resultar exitosos, han sido repartidos y son repetidos, todavía hoy, en toda la región latinoamericana.
No olvidemos los orígenes de la organización empresarial y su vinculación temprana con la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y también casos puntuales de desarrollo de propaganda negra por parte de la SIP contra los gobiernos que han promovido la libertad y progreso de sus pueblos, como es el caso del presidente Rafael Correa; por otro lado, guardan silencio cómplice cuando se trata de regímenes dictatoriales de la región.
Apoyamos al presidente Correa, que ha rasgado las máscaras del poder mediático y denunciado las perversiones de la actuación de la SIP, que han colocado a la gran prensa a espaldas de los pueblos. Rechacemos el intervencionismo de la Sociedad Interamericana de Prensa, Ecuador es un país soberano y los amos de la SIP no pueden ordenarnos lo que tenemos que hacer.
Según la historia oficial de la SIP, 1950 fue el año “más importante para la organización”. Fue precisamente en ese año cuando se refundó la SIP y quedó conformada tal como la conocemos ahora, hermanada con la CIA, de la cual recibe órdenes para los intervencionismos en América Latina.
Luis Alfredo Ramón
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