En enero de 2000 nuestro país perdió el sucre como moneda nacional y el dólar estadounidense se convirtió en divisa de curso legal y generalizado en Ecuador.
Si solo con el hecho de estar dolarizados no nos hemos convertido en un pueblo imbécil, lacayo y servil del imperio, no contentos con eso hay personas que creen que se debe poner un blindaje constitucional para perpetuar la dolarización. Si eso llegara a pasar sería un suicidio, mejor juremos la bandera del imperio. ¿Hasta dónde tanto entreguismo y sometimiento?
La dolarización es un arma de doble filo; si bien nos beneficia por un lado, nos perjudica por otro; la dolarización se convirtió en un factor de estabilidad monetaria, eso es cierto, pero a un costo social muy alto. Ejemplo: la salida de millones de ecuatorianos en busca de trabajo. La dolarización ayudó a mejorar la capacidad de compra, la dolarización no permite realizar emisiones inorgánicas (emisión sin respaldo), es por eso que se estabilizaron los precios; aportó para dinamizar la economía, estimuló la demanda interna y estabilizó los precios.
Lo negativo de la dolarización es que limita la política monetaria; Ecuador pudo haber utilizado mecanismos devaluatorios para hacer frente a la caída de los precios del petróleo, la depreciación de la moneda de nuestros vecinos hace que el dólar se aprecie automáticamente y perdamos competencia, es como ponernos a boxear amarrados de un brazo, dice el presidente Correa.
La oposición dice que hay que defender la dolarización, pero cuando el presidente Correa pone las salvaguardias se oponen. La verdad, no se les entiende.
Quitémonos, por favor, la venda de la ingenuidad y no les creamos a los medios de comunicación que son la lengua del diablo.
Luis A Ramón O.