Ni la oposición puede negar la obra física y social del Presidente del Ecuador. Están a la vista carreteras, hospitales, centros de salud, colegios y escuelas y la creciente autoestima del proletariado ecuatoriano. Nosotros al pesar errores y virtudes dentro de los ocho años de gobierno, llegamos a la conclusión de que la labor de la ‘revolución ciudadana’ es positiva, digna de continuar frente a la dirección ejecutiva.
Pero eso no significa que no estemos en el derecho de realizar críticas constructivas, más bien estimamos que estamos en la obligación de hacerlas, porque seguro es que el Mandatario desconoce las falencias existentes. Escuchamos con atención las ‘sabatinas’ y siempre –cuando toca a la función Judicial- se refiere con orgullo al cumplimiento cabal de la misma, lo que realmente no es así. Sabemos bien que el Consejo de la Judicatura, al igual que el Presidente, está empeñoso en la buena aplicación de la justicia y siente satisfacción del “deber cumplido” cuando recibe informes judiciales con las debidas encuestas que dejan ver la existencia de gran mayoría de casos resueltos.
Verdad puede ser que se han resuelto litis pendientes, pero lo que no conocen es cómo se ha concluido con dichos procesos. Lo básico en sí –aunque es importante- no es cuántas causas han sido sentenciadas, sino cómo se han sentenciado. En nuestro país se siguen iniciando procesos penales sin fundamentos legales, se dictan aún fallos ajenos totalmente a los resultados investigativos, lo que implica tristemente tener inocentes en las cárceles y en el campo civil a ciudadanos injustamente perjudicados. Existen casos en que se levantan indagaciones previas con denuncias de mala fe, que groseramente llegan a formulación de cargos, acciones civiles que terminan dando razones equivocadas.
Sabemos sobre el particular porque estamos haciendo investigaciones, empeñados en escribir la historia contemporánea del Ecuador desde 50 años a la fecha, lo que implica que estamos dispuestos a hacer conocer al Gobierno detalles fundamentales en este aspecto, siempre al servicio del pueblo con la crítica sana y constructiva. La verdad aunque duela. (O)
Arturo Santos Ditto
