Los ecuatorianos hemos seguido con gran preocupación la noticia de una masiva intoxicación alcohólica en la provincia de Los Ríos. Al momento de escribir estas líneas el total de fallecidos llega a 17 y existe la posibilidad de que se engrosen las listas de decesos.
Este lamentable suceso pone al descubierto un negocio que en los últimos años se encuentra en auge y que es la falsificación de bebidas alcohólicas. Las autoridades nacionales deberán profundizar en sus investigaciones para dar con el paradero de aquellos inescrupulosos que juegan con la vida de las personas.
Pero las muertes en Los Ríos también hacen un llamado profundo a todos los ecuatorianos a cambiar nuestras costumbres, que están muy ligadas a la ingesta de bebidas alcohólicas.
En nuestros días los “bebedores sociales” son una especie difícil de ocultar y creo que la mayoría de personas lo hemos hecho en reuniones familiares o eventos de trabajo.
Pero el mayor de los problemas -y no quiere decir que el anterior no lo sea- es el exceso en el que caen muchos de los ecuatorianos, los cuales beben hasta llegar a niveles de inconsciencia que, además de provocar daños en su propia salud, ponen en riesgo al resto de la ciudadanía cuando, por ejemplo, una persona borracha conduce un automóvil. Es hora de actuar con sensatez en todos los niveles.
Vicente Páez
Guayaquil