Con el sentir de la gran mayoría de ecuatorianas me permito llegar con ánimo democrático a su dirección, para felicitarle por la forma vertical y transparente de hacer periodismo. Entiendo que el equipo de periodistas que trabajan en su diario sí es de comunicadores, porque le ha quedado en la cabeza y en el corazón el juramento que hicieron al graduarse en la universidad, promesa y juramento que sin duda fueron llevar una vida profesional encarnada en la ética constructiva de avanzada.
Desafortunadamente, en otros medios de comunicación, conocidos como “libres e Independientes”, revistas, canales de televisión, radioemisoras, ciertos periodistas han olvidado los nobles principios de dar una información veraz y se han aliado a las personas integrantes de los grupos de poder económico corruptos, que lejos de espíritu cívico y haciendo mal uso de la libertad de expresión tratan de destruir lo que el gobierno del Ec. Rafael Correa y sus ministros han hecho y hacen en bien del desarrollo de todo el país como señal del buen vivir y meta de la Revolución Ciudadana.
Sin embargo, es una pena que los ecuatorianos nunca vemos grandes titulares en relación a la rapidez de construcción de grandes obras, como el puente Los Caras, de Bahía San Vicente; el Puente de la Nueva Unidad Nacional de Guayaquil, el puente del río Napo y otros. Tampoco de las amplias carreteras a lo largo y ancho de todo el país. Muy poco se ha dicho por el gran aumento presupuestario para la salud y la educación, como la construcción de centros de salud, edificación y ampliación de hospitales y escuelas del milenio.
Ninguno de los periodistas de la prensa corrupta, libre e independiente ha hecho comentarios favorables, peor aplaudir la ejecución de grandes proyectos hidroeléctricos que antes de este Gobierno eran dos, hoy son más del triple. Tampoco he visto grandes titulares por el retorno de capitales cuyo dinero es para uso en obras sociales.
En fin, los medios libres e independientes, abusando de la libertad de expresión, se han dedicado a mentir, a difamar, a calumniar, a torcer la verdad y, faltando el respeto a la primera autoridad, afectan hasta a la dignidad, cumpliendo consignas de odio y amarguras, hoy propiedad de los grupos de poder que antes se valían de artimañas para no pagar los impuestos como clarísima señal de su miseria humana.
Nunca reconocen ni les conviene informar que el Presidente trabaja hasta altas horas de la noche y si viaja labora en el avión, descuidando a su familia. Aunque tengo mucho más que decir, aspiramos a que la Ley de Comunicación salga fortalecida y aprobada por los asambleístas patriotas y el señor presidente Correa sea reelegido, para poner límites a la tan defendida libertad de expresión y suprimir programas cursis en canales de televisión que, en vez de educar, impulsan mensajes a la pérdida de valores, faltando el respeto con arrogancia y prepotencia que por el poder del dinero se creen dueños de la verdad.
Queremos una ley lejos de la influencia de la SIP, que la integran grupos de poder mediático para mantener a los pueblos con una venda en los ojos. Una ley en la que el entrevistador deje responder al entrevistado y no enredarlo con interrupciones de preguntas capciosas, a fin de conseguir respuestas que al periodista y al sistema arrogante le conviene.
Señor Director, estoy seguro de manifestar la verdad en mi carta, por no ser periodista de cantaletas ni asociado con la corrupción y prepotencia, y más lejos todavía de ser condecorado recibiendo homenajes por organismos internacionales como el mejor columnista del mundo.
Atentamente
Luis Calvas Ríos