A mediados de mayo de este año, mi línea telefónica 2332939 fue suspendida por supuestas llamadas indebidas o falsas al ECU-911. Sorprendido por esta novedad y por encontrarme delicado de salud y discapacitado (soy paciente de Solca), autoricé a mi hija a presentar un reclamo en esa dependencia que funciona en La Puntilla. Ella acudió al ECU-911 el 21 de mayo con un documento que probaba que, en el lapso en que esas 5 llamadas aparecen registradas, hubo un daño telefónico masivo en el sector en el que vivo.

Evidentemente, hubo un error al sancionar mi línea. El 27 de mayo la Dirección General del ECU-911 envió el oficio SIS-DG-2015-0403 a la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel), a fin de que esta entidad ordene a la operadora CNT levantar la sanción de suspensión del servicio telefónico. Como todo seguía igual, mi hija envió un correo electrónico a la Dirección Nacional de Atención al Usuario de Arcotel, cuya titular, Mónica Sarzosa, de inmediato remitió el pedido de levantamiento de sanción a la CNT, de Quito, el 2 de junio. Nuevamente la espera no dio ningún resultado.

Ante una nueva consulta, la funcionaria explicó que le habían informado que como se trata de una línea telefónica de zona Pacífico, o sea en Guayaquil, se debe remitir el reclamo a Arcotel en esta ciudad. Ella comentó que ya lo había hecho con todos los justificativos. El caso, señor Director, es que hasta la fecha la situación no ha cambiado.

La sanción, que consiste en no poder realizar llamadas, se mantiene a pesar de que mi reclamo es justo, con el agravante de que esa línea telefónica sirve a dos personas ancianas y enfermas, de 81 y 82 años. Mi esposa padece alzhéimer y yo cáncer y es imprescindible que la CNT habilite este servicio completamente a la brevedad posible.

Atentamente

Leonardo Virgilio Arellano Suárez
Jubilado y paciente de Solca