Huérfanos de respaldo popular y como ven que sus encuestas no ‘suben’ y están estancados, a tal extremo que una de sus propias empresas encuestadoras -antes de quedar mal y curándose en salud- advirtió hace una semana que si las elecciones fueran hoy no habría segunda vuelta, asegurando el triunfo de Lenín, 36,2%; el más cercano es el banquero, con 22% (y esto haciéndole un favor porque son de la gallada), haciendo berrinches se les ocurrió la idea peregrina de un debate con el candidato de la Revolución Ciudadana. Para articular esa mañosería mueven sus fichas con las cámaras, exoficiales golpistas (admiradores de Pinochet y de los gorilas que desaparecieron en Argentina (35.000 compañeros), afiebrados entrevistadores de televisión y la prensa amarilla, con el único objetivo de ‘despegar’ esas encuestas en picada para abajo que los tienen asustados a todos los candidatos de la derecha, incluido mi general. No quieren debatir entre ellos. No, qué va. Todos quieren con Lenín. ¿Qué van a debatir entre ellos?, si ya el pueblo sabe que son la misma cosa. Ahora se están dando cuenta de que debieron ir unidos, todos arrejuntados para tener alguna mínima opción. Como fanesca de Semana Santa empezaron y en el camino se fueron desgranando como mazorca madura, a tal extremo que las bases del ministro candidato se les rebelaron; y al menos aquí en el Guayas ni se atreven a acercarse, ya que saben que el ideólogo de esa tienda es un advenedizo que empezó como garrotero de los ‘chinos’ en la UC. Igual con las bases de la ex-MPD aglutinadas en un frente de médicos (’chinos’ desde que eran estudiantes de medicina de la U. de Guayaquil), que siempre fue apéndice del MPD, y ahora están apoyando al banquero candidato porque recién se dieron cuenta de que mi general está apoyado por la derecha.
Con todo este panorama surge incólume la figura revolucionaria de Lenín, el mismo que está en debate permanente, pero con los trabajadores y campesinos, las organizaciones sociales, frentes barriales y todos los sectores organizados comprometidos con la profundización de la revolución, que ya no tiene tiempo en su agenda para ‘debates’ con quienes ya no interesa saber qué programa tienen, si el pueblo sabe que son los politiqueros del pasado y, como dijo el comandante Fidel, ya están donde siempre debieron estar: en el basurero de la historia.
Ing. Salomón Fuentes Vidal, Esp.