Permítame expresarle mi sincero agradecimiento por la publicación que aparece en la edición de hoy, páginas 4 y 5, primera sección, bajo el título “El retiro de la visa de Xavier Neira obedeció a un complot de Pfizer”. El contenido resume en forma amplia y, sobre todo, fidedigna el drama que injusta e incomprensiblemente hemos padecido desde hace casi 5 años, víctimas de la actitud malévola de quienes engañaron a la embajada de EE.UU. en Ecuador y protagonizaron un escándalo mediático acusándonos de estar involucrados en actos de corrupción solo para saciar venganzas y sin aportar detalles. Una infame calumnia.
Fue tal el escándalo montado por el portavoz de la embajada de EE.UU., señor Aaron Sherinian, y el eco que tuvo en la prensa nacional e internacional, que la Fiscalía General del Ecuador inició un proceso de investigación ante las gravísimas inculpaciones del portavoz Sherinian. Los requerimientos de la Fiscalía a la embajada de EE.UU., y al consulado en Guayaquil, jamás tuvieron eco. Ambas dependencias lamentaron no poder dar información aduciendo que la misma era confidencial. Adjunto copias de los oficios diplomáticos debidamente certificados por la Fiscalía. La investigación fue archivada, pero nuestra conducta quedó manchada por esa inicua acusación.
¿Cómo es posible, señor Director, defenderse de una calumnia tan vil si no se conocen los motivos y razones de una acusación? Ahora entendemos por qué estuvo secuestrada la verdad de este doloroso caso durante tanto tiempo. Las filtraciones de WikiLeaks confirmaron nuestras sospechas de que fuimos víctimas de una burda acusación de malos funcionarios de esa embajada para complacer la voracidad insaciable de una de las más conspicuas multinacionales del dolor: la corporación Pfizer.
Lo grave es que se ignoró la vigencia del principio de presunción de inocencia, y la mayoría de los medios de información, sin verificar la pertinencia de esas graves acusaciones, las dieron por ciertas, dejándonos en la penosa circunstancia de ser juzgados por la llamada “justicia paralela”. A raíz del reporte de El Comercio que apareció el 14 de agosto pasado y el cable diplomático publicado en su página web, algunos medios escritos han dado cabida a nuestra versión, reiterativa de lo que siempre sostuvimos: que éramos y somos víctimas de una confabulación orquestada por Pfizer. Sin embargo, algunos canales de televisión no nos permiten, hasta hoy, pese a nuestro requerimiento, ejercer nuestro justo derecho a la réplica, después de haber soportado con estoicismo y altivez los atropellos que hemos sufrido, pese a que dichos medios, en su momento, dieron amplia difusión a la falsa versión del Sr. Sherinian.
Agradeceré hacer público el contenido de esta carta para el conocimiento de sus lectores.
Muy atentamente
Eco. Xavier Neira Menéndez
