El presidente Rafael Correa acaba de concluir una extensa gira por varios países europeos en donde pudo concretar varios acuerdos que serán fundamentales para el desarrollo de Ecuador, sobre todo en ámbitos tecnológicos. Pero  las actividades  más destacadas durante la estadía del Mandatario en el Viejo Continente fueron las charlas magistrales que brindó, por ejemplo, en universidades como la Sorbona.

Ante académicos, empresarios o la Unesco su discurso fue el mismo: las relaciones de poder se inclinan hacia el capital y no hacia el ser humano. Fiel a su pensamiento, el Presidente ecuatoriano denunció cómo aún las crisis financieras no son problemas económicos, sino políticos. A los propios españoles les envió un mensaje en el que señaló que sus problemas económicos no son estructurales sino de “coordinación”, es decir, por falta de políticas económicas.

Así solo queda apostar por gobiernos progresistas que tengan a los seres humanos -y sobre todo a los más vulnerables- como el centro de su trabajo.  Europa entera y los Estados Unidos deben reaccionar e inclinarse hacia políticas que favorezcan a sus pueblos y no a las arcas de los grandes propietarios de los bancos que, a la larga, han sido los mayores responsables de las fracturas económicas de fines del siglo pasado y las  de inicios del presente.

Vicente Páez
Guayaquil