Respetables asambleístas, en vista de los últimos eventos y nefastas noticias acerca de la despenalización del consumo de drogas en el país, me permito advertirles, como ciudadano preocupado de mi patria y como un conocedor profundo del tema, en representación no solo mía, sino a nombre de cientos y cientos de personas rehabilitadas del consumo de drogas, que están cometiendo un grave error del que nunca terminarán de arrepentirse.

Permitir el consumo, ya sea de 5, 10, 20 o medio gramo de cualquier tipo de substancia que cause drogodependencia, es como permitir que dentro del Estado se pongan tarifas permitidas para robar. Me explico mejor: cuando a un funcionario del Estado se le dice que podría robar hasta $ 1.000 al mes en la institución donde trabaja, el empleado lo hará, justo hasta ese límite, sin ningún tipo de prejuicio, ni cuidado, ni nada, pues la ley se lo permite; en poco tiempo inventará la manera de burlar el límite y robar más. Por otro lado, el compañero que nunca había robado, al ver que está permitido, comenzará también a robar, y así sucesivamente hasta que el Estado quiebre.

Lo mismo pasará con el consumo, la gente que no consumía comenzará a hacerlo y se convertirá en una bola de nieve que destruirá física y moralmente nuestra sociedad. Considero que el tema es supremamente importante para el país y deberían tratar el tema con personas que les puedan explicar con mayor detalle el asunto, pues implica a todas las familias, incluyendo las suyas, honorables asambleístas.

El temor a ser juzgados, a pagar una condena y a la vergüenza pública, sin duda alguna disminuye en un gran porcentaje el consumo de substancias prohibidas. Recuerden que como drogas se incluyen el cigarrillo y el alcohol, y su despenalización ha causado más muertes que cualquier otra tragedia en el planeta. No resuelvan el tema de manera clientelar, por ganar un par de votos, o por quedar bien con minorías, al menos este tema no.

Señores, como diría un judío viejo, solo el que estuvo dentro de un campo de concentración conoce en detalle de lo que se trataba ese infierno. Lo mismo sucede en este tema, no pretendan mandar a 2 electricistas a desarmar la bomba atómica, hay demasiada gente de por medio, tómense más tiempo y consulten con quienes sí sabemos del tema.

Espero de alguna manera haber llamado la atención de sus conciencias y espero también de alguna manera tratar de que esta carta sea lo más pública posible. Si necesitan más información acerca del tema, con seguridad la recibirán y de forma totalmente gratuita, no solo de mi parte, sino también de muchísimas personas que han vivido ese infierno y conocen el asunto desde adentro.

Patricio Vásconez N.