El ex columnista de diario El Universo ha perdido la arrogancia, la fuerza de la que hacía gala en sus escritos y, por lo que pude apreciar en una de sus declaraciones a los medios de prensa, me parece que hasta el honor.
Escribió tantas “perlas” y opiniones grotescas contra el régimen y contra el Presidente de la República, que había vendido una imagen de “superhombre” (a pesar de su pequeñez de estatura) que podía agredir con sus conceptos, atemorizar con su solo nombre, crear caos nacional (como lo está intentando al arengar a los ciudadanos por medio de las redes sociales Twitter, Facebook y mensajería móvil). Pero nunca me imaginé un final como este: verlo “sacado” del periódico que le sirvió de trinchera, compungido, lastimero y lloroso.
Después de varios episodios que concitaron el interés nacional y en los que Palacio aparecía como uno de los protagonistas (el otro siempre fue el presidente Correa), su nombre y verbo virulento empiezan una caída en el olvido y quizá un ostracismo ignominioso. Probablemente ahora apele a una justicia divina que, estoy seguro, antes nunca intentó conciliar, puesto que igualmente nunca pensó en el daño que hacía a quienes debieron someterse a sus nocivos escritos.
Este suceso, como era de esperarse, trae cola. Presumo, por lo coincidente de la fecha (a partir del día de la sentencia a Palacio y los Pérez), que Alfredo Pinoargote, presentador de opinión de Ecuavisa, ha debido poner las barbas en remojo.
Hay quienes dicen que Pinoargote debió ausentarse del programa debido a la gravísima depresión que le aqueja luego del anuncio de la sentencia, puesto que no cabe en su cabeza que haya resultado así, a pesar de sus esfuerzos por la pantalla y del empeño de un equipo detractor del régimen que incluyó la presencia en el país de “insignes defensores de la libertad de expresión” traídos del exterior (el mexicano Fox y el guatemalteco Marroquín) expresamente para apuntalar a Palacio y los Pérez.
Ahora no caben las lágrimas de cocodrilo, mas sí las barbas en remojo.
Atentamente,
Ramiro Serrano Miranda
Durán - Ecuador