Estamos pasando un momento crucial, en que la humanidad se enfrenta ante la misma humanidad (el hombre enemigo del hombre), por los recursos petroleros y mineros (creados por Dios), el hombre intelectualmente es un gigante poderoso ante sus semejantes, pero moral y espiritualmente ante Dios es un pigmeo, por lo que mundialmente existen dos bandos de intereses irreconciliables: los que sirven y los que se sirven a sí mismos, a través del voto.
La humanidad está condenada a vivir bajo un régimen político y económico que le toque, según uno de los dos bandos que tiene el mayor número de votos, pero en algunos de los casos no es de su agrado y democráticamente tiene que aceptar la realidad humana que estamos viviendo. Los procedimientos de los gobiernos son buenos para unos, pero para otros son malos y desastrosos, que perjudica a la comunidad y a los intereses de una nación, sin tomar en cuenta las ideas y doctrinas de un partido o movimiento político creado para llegar al poder.
Algunas veces creemos que está bien nuestra manera de ser, vivir y pensar, por eso tratamos de imponérselo a la fuerza a los demás, y si no los aceptan los desacreditamos y nos inventamos algo para pelear y distraer la atención de los asuntos importantes para la comunidad y la nación.
Es necesaria la lucha contra la mutua desconfianza, odio, ambición y la incomprensión, para construir el camino de la paz y del progreso de la humanidad. Debe prevalecer y mantenerse la lucha de ideas y no de intereses ni de clases, para ser hombres de conquistas que engrandezcan la historia y el progreso de una nación, que piensan como seres humanos y que no son máquinas ni autómatas que obedecen voluntad ajena y maliciosa.
Las libertades humanas son necesarias para el desarrollo de las ideas de un sistema político y económico de una nación democrática y libre de pensamiento propio e independiente, sin acuerdos políticos y militares, para mantener la paz y dignidad de las personas, y sus derechos con justicia social.
Se debe tener encendidas las velas de la paz en la Tierra, fe en Dios, amor al prójimo y la esperanza en el hombre, para ser menos materialistas y más humano con los pobres y desnutridos, que necesitan más escuelas, colegios, hospitales, medicinas, comida, trabajo y seguridad; y no más aviones, armas, misiles y equipos de guerra, para su bienestar y progreso personal (sin hambre no hay miseria).
Reflexiones:
¿La realidad humana debe cambiar para hacer efectivo el desarrollo económico, político y social de una nación? ¿Hay que vencer la desconfianza mutua, el odio y la ambición, para construir el camino de la paz y el progreso de la humanidad? ¿Para su bienestar y desarrollo humano, las personas deben tener sus propias ideas y no obedecer la voluntad ajena y maliciosa? ¿La lucha de ideas está sobre los intereses personales para el progreso de una nación? ¿Las libertades humanas son necesarias para el desarrollo de las ideas de un sistema político y económico de una nación democrática?
Atentamente
Ángel Calderón Mayorga
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