Frescos están en la memoria de las décadas 60 y 70, cuando con nuestras compañeras de colegios femeninos soñábamos con transformar al mundo, nuestras compañeras de ayer, hoy valiosas profesionales, madres abnegadas y amantes esposas, muchas de ellas graduadas en la Universidad de la Amistad de los Pueblos Dr. Patricio Lumumba, becas que se las otorgaban las organizaciones democráticas y revolucionarias por su esfuerzo y contribución a la lucha patriótica de los pueblos.

Largas y enconadas discusiones con nuestras compañeras, tratando de buscar formas de lucha en la dictadura del 66, contra la invasión a Vietnam, por la democratización de la universidad (muchas apresadas en la casona, la noche del 29 de mayo del 69), actos de solidaridad con Allende, acciones donde las mujeres jóvenes eran las compañeras de lucha. Y no dejaban de ser jóvenes, y teníamos nuestras fiestas donde hacíamos gala de nuestra destreza en el baile donde el amor también ilusionaba nuestro futuro.

Ante este panorama, la derecha reaccionaria vio peligrosa la organización de la juventud y comenzó una campaña mediática llamándolos vagos, terroristas, políticos, tratando de desprestigiar, como en efecto lo logró, todo ese movimiento estudiantil que costó tanto formarlo. Hoy esa misma prensa reaccionaria y mercantilista publicita “actos inmorales” de jóvenes bailando el perreo.

Esta “degeneración moral” de la juventud, la prensa amarilla y la derecha la han promocionado. No nos olvidemos de varias publicaciones a página completa de “El Perverso”, abriendo al “debate” sobre el perreo y si les gusta que los colegios ya no sean solo masculinos y/o femeninos, así como del “bravucón del barrio” manipulando a los jóvenes en época de campaña electoral.

Los jóvenes deben retomar el camino de la discusión ideológica para tratar en barrios, colegios y universidades los grandes problemas de la patria y la construcción de una sociedad libre de drogas y de falsos ejemplos que la derecha crea para que se aletargue, para que no tome conciencia sobre los grandes y graves problemas de la patria.

Gracias por aceptar mi opinión.

Salomón Fuentes Vidal, Esp.

Ingeniero industrial