La música puede salvar vidas porque alegra al corazón y logra que las personas sientan un contagio de felicidad, además, hay géneros para todos los gustos. Estoy seguro de que si los reggaetoneros bailaran un sanjuanito se sentirían ecuatorianos
más conscientes.
Existen canciones que han tenido vigencia en todos los tiempos y disfrutadas por todas las generaciones. A mí, por ejemplo, me encanta el pentagrama nacional, también los boleros viejos, así como aquellos temas que llaman protesta y todos los cantos que han transcendido en el tiempo y en el espacio.
Por eso soy feliz, porque la música me da fuerza armónica y siento gran placer cuando escucho una hermosa melodía que me arrulle. (O)
Lic. Ricardo Ordóñez Jaramillo
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