El pasado nunca deja de repetirse, 28 de enero de 1912. Los quiteños fueron testigos de actos de violencia generada este día.
Aquellos que nos infundieron la idea del laicismo, los que con un sentido progresista trajeron al país una revolución liberal, en las cuales el hombre llega a ser libre; pero en ese sentido, por el miedo a la libertad, mataron a los Alfaro, Ulpiano Páez, Manuel Serrano y Luciano Coral.
La historia condena la barbarie que la Iglesia cometió hacia los que realmente son el reflejo de un cambio sustancial para la patria. Los que por amor a ella murieron. La lucha del pensamiento laico sigue vigente en cada uno de nosotros. P
ara mejorar a un país no se necesita un buen gobernador, porque el gobierno es del pueblo. Alfaro no murió. (O)
Luis Fernando Tacuri Noboa