Respecto al artículo de opinión de Hernán Pérez Loose, en diario El Universo titulado “La guerra a la CIDH”, es evidente y conocida por todos los ecuatorianos su posición opositora al actual Gobierno, por lo que todo lo expresado es falto de objetividad absoluta.
En este sentido se evidencia también el intento manipulador en su escrito. Limitarse a describir sus resentimientos y frustraciones por odio a quien nos gobierna, no se merecen los lectores de ningún medio honesto de comunicación.
Felizmente la mayoría de ecuatorianos tuvimos la oportunidad de presenciar, a través de la televisión, la brillante intervención del presidente Correa en la Asamblea de la OEA, en Bolivia. Como ecuatoriano me siento orgulloso de ser representado por un presidente soberano que no se somete ante lo que él juiciosamente denomina, “burocracia internacional”.
Según el articulista, “la guerra para debilitar y destruir al sistema interamericano de derechos humanos ha comenzado a aflorar”. Parece que este señor no sabe escuchar, o no quiere. El pedido que hacen muchos presidentes ha sido acogido, incluso, por el propio Insulza. De esta manera se retrata la postura opositora de Pérez Loose.
Y es más penoso aún cuando concluye que “las transformaciones contemporáneas que están ocurriendo en el mundo moderno no las detendrán las estridencias de un par de repúblicas bananeras”. ¿A cuáles transformaciones se refiere?
Las únicas transformaciones conocidas son las revoluciones sociales en varios países de Latinoamérica con el surgimiento de gobiernos solidarios. Pobre hombre, desde mi punto de vista, su artículo se convirtió en el autorretrato de un radical sin sano juicio.
Miguel Villón
Guayaquil