Afaba, Conave y Aprobal nIegan que tenga algún fundamento la afirmación de César Herrera, Gerente de Fenamaíz, quien dijo que la importación de maíz duro en este momento podría causar daño a los productores nacionales.
Las estadísticas de la cosecha de verano de los últimos años muestran que el país produce alrededor de 100 mil toneladas en esta temporada, dado que el rendimiento por hectárea de los campos ecuatorianos es de tres toneladas por hectárea, por lo cual carece de sustento la afirmación del gerente de Fenamaíz de que en este año el rendimiento se triplicará y se cosecharán 350 mil toneladas, como lo señala Herrera.
Hasta el momento las industrias han comprado 420 mil toneladas de maíz, que corresponden a la cosecha de invierno, es decir el 98% de la producción nacional. Los respaldos de estas transacciones reposan en la Unidad de Registro de Transacciones y Facturación (URTF) del MAGAP. En estos documentos es posible comprobar que los precios pagados respetan el precio fijado por las autoridades del sector.
En cuanto a la importación de maíz, es preciso esclarecer que la industria necesita al menos 92 mil toneladas mensuales para satisfacer la demanda nacional de balanceados. Este requerimiento ha sido cubierto, hasta el momento, con la cosecha de invierno, que se afectó por la sequía de inicios de año, que redujo el rendimiento de los cultivos.
En consecuencia es indispensable que las industrias se provean de al menos 180 mil toneladas en los mercados internacionales durante los próximos dos meses, hasta que empiece la cosecha de verano. Esta ha sido una práctica habitual en el país desde tiempo atrás. Es conocido que se abren las importaciones de maíz desde septiembre hasta febrero, debido a que la producción nacional no satisface totalmente las necesidades de la cadena de producción.
Una eventual prohibición de las importaciones de maíz solo abriría espacio a la especulación del precio de este grano, que se traduciría en el encarecimiento de los productos finales (pollos, cerdos, huevos). Se beneficiarían a uno pocos intermediarios, quienes aprovechan esta situación para que sus márgenes de ganancia sean desmesurados y se pondría en riesgo la estabilidad de las industrias avícola, porcícola y acuícola, cuya importancia es enorme para el país.
La industria ratifica su compromiso de comprar el 100% de la cosecha nacional al precio oficial, que en el 2011 es 25% más alto que el establecido en el 2010. Este ha sido nuestro comportamiento en el pasado y seguirá siendo así en el futuro.
En la actualidad, el MAGAP, el MIPRO, los agricultores y las industrias trabajan conjuntamente para que Ecuador sea un país autosuficiente en la producción de maíz. Para ello implementan programas de fomento de cultivos de maíz, que buscan mejorar la calidad de vida en los campos ecuatorianos, contribuir con el desarrollo económico del país y reducir significativamente las importaciones de este grano.
AFABA, CONAVE Y APROBAL