Por demás justo y, por lo tanto, aceptado así en la gran mayoría de legislaciones del orbe, que exista la jubilación remunerada para quienes han laborado debidamente, cumpliendo un ciclo vital de respeto.
Pero estamos en desacuerdo de que a ciudadanos que han llegado a una edad mayor de los 64 años se les exija renunciar cuando aún están vitales y llenos de energía para continuar laborando, pues se les debería permitir cumplir con los años anotados en la ley para que se proceda -con respeto y dignidad- a jubilarlos. Estamos en desacuerdo con esa medida, aunque se compre con dólares la renuncia obligada.
La verdad es que no conocemos textualmente el Decreto 813, que ha justificado legalmente esta medida, lo que tampoco evita que opinemos, porque debemos entender que el derecho es de lógicas y que las leyes deben ser fundamentadas en las fuentes determinantes de la justicia, la costumbre y la jurisprudencia.
Los que leen o escuchan nuestras opiniones y comentarios, saben perfectamente que estamos con el cambio, que comulgamos plenamente con la instauración de un nuevo sistema, que obligatoria y moralmente debe remplazar al que hemos mantenido, el que ha colapsado y conducido al país al caos institucional y a la proliferación de la delincuencia.
Pero también conocen que somos claros en manifestar nuestros criterios, por lo que en ocasiones criticamos -de buena fe- actitudes que no deben darse, porque transfiguran el espíritu de justicia y revolucionario que anima al Presidente del Ecuador.
Es histórico que los “hombres maduros” y expertos con honestidad en el manejo de la cosa pública son los que han forjado los cambios universales. La verdad aunque duela.
Arturo Santos Ditto
0903387132
Guayaquil-Ecuador
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