Señor Director:
Leo con satisfacción enorme la columna del padre Pierre que, con el título “Teletontos” (El Telégrafo, 12.12.2012), analiza breve pero profundamente el tema de los derechos humanos. Mi apreciación es que se trata de la voz de un hombre justo, un sacerdote honesto.
Él, además de señalar los terribles atropellos del poder imperial y sus áulicos contra los pueblos del mundo,
no deja de destacar los atropellos domésticos: la injustificada y torpe prisión de los 10 de Luluncoto y el juzgamiento por “terroristas” a los más de 200 dirigentes indígenas por defender su hábitat en contra de la gran minería.
Finalmente, ese rechazo a la propaganda empresarial para convertir a la Navidad en un festín de mercaderías y consumismo.
El padre Pierre demuestra su lealtad a la política gubernamental, pero asumiendo el principio de que el amigo no es el que adula sino el que ensalza la gran obra material, pero sin dejar de censurar los atropellos y las incongruencias.
Cumple, pues, ese axioma ético de que no es mejor amigo el que te adula y te limpia la caspa de la solapa sino aquel que te señala los errores, sin temor a causar enojo por la franqueza, clamando por la rectificación de esas políticas.
Atentamente
Jaime Muñoz Mantilla
C.C. 1702447747