La civilización y todos sus frutos, positivos y negativos, tuvieron origen en el fenómeno de los intereses particulares. Este fenómeno se expresa solo en los seres humanos y en el ciclo por el que trasiega en este momento la humanidad.
Algunos de los efectos negativos entraron en colisión, en etapa crítica y no son corregibles con decretos, políticas, estrategias, tácticas, presupuestos ni obras públicas; todo esto ya se probó hasta la saciedad y las presiones de los fenómenos citados avanzan incontrolables; se requiere cambiar de direccionalidad al accionar humano, hasta que se genere una nueva cultura, basada en el equilibrio de la necesidad humana y el interés particular, y en el equilibrio de la civilización y la naturaleza. (O)
Humberto Rojas Rodríguez