Nos hemos enterado por medio de diario El Universo, del jueves 29 de noviembre del año en curso 2012 que el escritor quiteño ha publicado una novela que ha titulado “Expiación”. En ella se refiere, de acuerdo a la información, a la vida del ex presidente Gabriel García Moreno; asegura el señor Ortiz que lo que le indujo a escribir sobre García Moreno fue: “porque encontré que mi sangre estaba comprometida en el sentido que había dejado morir al padre de mi tatarabuelo. Los ancestros viven dentro de uno”.
No hemos leído la obra, pero sí la entrevista e información aparecidas en el diario El Universo, tal como se ha indicado. Cuando la periodista pregunta, sinceramente para nosotros de manera inexplicable -la intención ustedes sabrán por qué-: “¿Se puede encontrar similitudes entre el gobierno de la Revolución Ciudadana y el de García Moreno?”, este señor Ortiz contesta que no sería entre gobiernos las similitudes, sino en personajes. Es decir que, para este ciudadano, Correa Delgado y García Moreno no es que son similares, sino prácticamente idénticos.
¿Cómo puede un intelectual -se entiende conocedor de la historia- permitirse decir que el controvertido don Gabriel y el actual Presidente del Ecuador son idénticos? García Moreno asesinó, dejó marchitar en las cárceles vidas valiosas, clausuró periódicos y exterminó con alta tiranía a los opositores, que no eran parte del poderío económico, ni de la rancia oligarquía nacional, sino de la clase media y el pueblo. Correa Delgado no ha asesinado a nadie, no ha clausurado medio de información alguno, no ha llevado a las cárceles a sus detractores, combate a sus enemigos políticos en forma contestataria frente al pueblo y utilizando la maquinaria jurídica para defenderse. Sería criticable que el Presidente ecuatoriano actual se dejara denigrar y desprestigiar, pues tiene derecho a la defensa.
Para terminar, el ciudadano Ortiz, entre otras cosas, concluye: “…repudiados en el colegio, en la universidad por una serie de características psicológicas, ambos de fuerte temperamento,… y con una perversidad intrínseca que corre por las venas…”.
Se dicen todas estas cosas y nadie está en la cárcel. ¿Hay dictadura en el Ecuador? Realmente se necesita tener odio y -aquí sí- “perversidad en las venas” para catalogar al Mandatario de esa manera.
Obras sociales, carreteras, respeto al pueblo y alta sensibilidad hasta para con los enemigos, a quienes ha perdonado luego de que la Función Judicial los ha condenado. La verdad aunque duela.
Arturo Santos Ditto
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