Vale la pena dar un espacio de reflexión a los jóvenes postulantes de universidades, sobre el rumbo que desean que tome su destino en lo laboral. Es importante que los valores de todo ser humano sean dirigidos a servir a su entorno, y si esto va acompañado de talento y, sobre todo, de preparación, se convertirá en la mejor alternativa para contribuir al desarrollo de las naciones.
En este momento, donde la oferta académica de tercer nivel incorpora a los institutos tecnológicos, la decisión demanda mucho más análisis, no solo de costos, sino de oportunidades y de calidad académica.
Se debe alentar a los jóvenes que sí tienen la oportunidad de dedicar mayor tiempo a su preparación, a que tomen el camino de la calidad académica, que elijan el camino angosto de la exigencia, que se moldeen cimentando las bases que harán la diferencia cuando salgan al mundo laboral, que participen en la generación de investigación que tanta falta hace a nuestro país, que propongan, critiquen y ofrezcan soluciones.
Prepararse para ser mucho más que un operador es la mejor inversión de su vida. Bien lo dijo el PhD Adolfo Arata Andreani, representante de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), en su conferencia de hace dos semanas: “La calidad cuesta”.
La PUCV es promotora de la Universidad del Río, la primera universidad ecuatoriana creada bajo la LOES vigente. Al ser un logro de los mismos directivos del Campus Guayaquil de la Universidad Santa María de Chile, mantiene altos estándares de excelencia,
para formar profesionales del nivel que requiere nuestra región. (O)
Paula Pettinelli Gallardo