Reciba un cordial saludo.
Todo tiene su tiempo y su momento: El “Caballero del País”, Lenín Moreno, después de siete largos años de fructífera gestión, ha decidido, y es su derecho incuestionable, dar un paso al costado y dejar la posibilidad de que alguien lo reemplace en la próxima gesta electoral.
La tristeza y hasta las lágrimas de muchos de nosotros se hizo evidente el sábado pasado al conocer su definitiva decisión, sin embargo, este sentimiento fue superado por las infinitas gracias de muchísimo humildes, desposeídos, gente especial hoy visibilizada y tratada como seres humanos, fruto de la gestión incalculable e invalorable del caballero Vicepresidente.
Gracias amigo Lenín, por su trabajo, por sacar fuerzas y ganas de servir a su compatriotas, a su proyecto de país y de patria, gracias mil por dejar en plano secundario sus dolencias, gracias por la ternura demostrada para aliviar en algo el sufrimiento de sus compatriotas humildes, olvidándose muchas veces del sufrimiento físico propio. Difícil que alguien pueda reemplazarlo y menos igualarlo; sus virtudes, su don de gentes, su afabilidad, su serenidad y prudencia lo hacen sin duda irrepetible.
Es probable que algún momento tenga la fortuna de estrechar su cálida mano y demostrarle así el cariño, el afecto y el honor de haber vivido el mismo espacio y tiempo que usted, pues de hecho, para mí, solo eso ya fue un privilegio.
Cuídese, que el Ecuador, su pueblo y sus gobernantes necesitarán, sin duda, su consejo, sus sugerencias y su ayuda.
Gracias, una vez más.
Marco R. Salas C.