Soy una mujer joven, tengo la piel morena clara, y un poco de acné. Trabajo como ingeniera en una empresa privada y tuve que faltar por un problema de salud que se inició con una preocupación estética. Hace unas semanas compré un splash aclarante por internet.
El splash Piel Mágica Muimia by Vivi Guzman, decía: “Mejora la textura y calidad de la piel, combatiendo el acné, renovando las células y aclarando melasmas producidos por el sol o la edad y recuperando el colágeno y la elastina”. Encantada con esta promesa, lo compré. Me lo apliqué en la cara y las piernas.
Al día siguiente noté mi cara enrojecida, al igual que mis piernas. Creí que era una simple reacción alérgica y no fui a un médico… Pero pasó el tiempo y mi situación empeoró. Las piernas se me oscurecieron, sentí intensa picazón, ardor, fiebre y me aparecieron ampollas en la cara.
En ese estado, fui al hospital Los Ceibos del IESS. Allí me explicaron que padecía una quemadura de segundo grado causada por un químico del cosmético. Me sorprendió verme en la Unidad de Quemados de ese hospital, donde están personas por quemaduras con fuego, agua hirviendo o ácido. Agradezco a todos los médicos y enfermeras de la Unidad de Quemados que me ayudaron a recuperar mi piel. Nunca imaginé que un splash podría provocar una quemadura.
Escribo esta carta porque sé que hay muchas mujeres que compran esa marca que carece de registro sanitario. Pienso que muchas compañías abusan de las personas que deseamos ser aceptadas socialmente al tratar de cumplir con los estándares de belleza que existen en nuestra sociedad, pero siempre debemos acudir a un dermatólogo para no poner en riesgo nuestra salud.
Por otro lado, ¿qué organismo regula la circulación de este tipo de productos? (O)
Ivette Cirino