Hace 60 años asistí a la inauguración del estadio Modelo de Guayaquil
30 de julio de 2019Contaba con 15 años de edad cuando asistí a la inauguración del estadio Modelo de Guayaquil, el 24 de junio de 1959, pues fui designado “pasabola” por la Cervecería Nacional. Antes de los partidos de fútbol, el presidente de la República, Camilo Ponce Enríquez, que debía inaugurar la obra, recibió la más grande silbatina que se haya dado a político ecuatoriano.
Setenta y cinco mil personas ovacionaron a Alberto Spencer, “Cabeza mágica”, cuando anotó al arquero Walter Taibo el primer gol de la historia de ese escenario, ya que reforzó al Barcelona, que empató a dos tantos con Huracán de Buenos Aires (Emelec y Peñarol, de Uruguay, completaron el cuadrangular amistoso). Dos días después, Spencer marcó un tanto de antología con doble sombrero, es decir pase de la bola por encima del defensa William Martínez y del arquero Bernardico, de Peñarol.
El 6 de noviembre de 2006 en el estadio Modelo, a 47 años de transcurrida la inauguración, luego de haber velado al cadáver de Spencer en el coliseo Voltaire Paladines Polo, los aficionados llevamos el féretro (en contra de la voluntad de la familia) para que diera la vuelta olímpica en aquella cancha que lo lanzó a la fama mundial. “Gol, gol… “, gritábamos al pasar por los arcos; entonces reconocieron cuánto queríamos a nuestro máximo goleador.
Aquel estadio monumental en su tiempo, que hoy se llama Alberto Spencer, construido por la tenacidad patriótica de Augusto Jijón Terán, Pío López Lara y Jaime Nebot Velasco, en el que vimos al Real Madrid de Alfredo Di Stéfano, al River Plate del Beto Alonso, al Cosmos de Beckenbauer, al Santos de Pelé, al Botafogo de Garrincha… debe ser reconstruido lo más pronto para que siga siendo la gloria del deporte ecuatoriano. (O)
Lic. César Burgos Flor