Ante la cercanía electoral, ciertos opositores políticos y aspirantes a llegar a Carondelet deben someterse a un tratamiento terapéutico de paciencia y resignación, considerando que la popularidad del Gobierno de la Revolución Ciudadana, al igual que sus grandes obras, cambios y transformaciones se encuentran en un proceso de constante e indeclinable crecimiento que finalmente condenará a la oposición a su holocausto político.

Como referentes políticos, conocemos sus vínculos y relaciones participativas con gobiernosy gobernantes anteriores de tan pobre trayectoria que enlutaron la dignidad de los ecuatorianos. Protagonistas que tuvieron su oportunidad fracasaron y hoy cinícamente con  cara de “yo no fui” intentan nuevamente.

Otros identificados con las políticas del ahorro para afrontar malos tiempos critican permanentemente las inversiones que prioriza este Gobierno. Quienes parece que tan pronto han olvidado que no ahorraban para afrontar malos tiempos, sino para hacer méritos pagando la deuda externa a costa de relegar requerimientos elementales y agobiantes del pueblo ecuatoriano.

El ahorro no fomenta fuentes de empleo, trabajo, desarrollo del país y bienestar de la población cuando se adolece de una indispensable infraestructura y cambios elementales, que le permitan al país proyectarse con tecnología propia a competir a futuro, abandonado el estatismo y mediocridad de los viejos tiempos y de esta manera garantizar también la dolarización instaurada en el país.

Con el ahorro sugerido y sin inversiones:

¿Se habrían incrementado las fuentes de empleo y trabajo?

¿Los países vecinos nos habrían regalado energía eléctrica?

¿Los opositores políticos habrían regalado viviendas a los pobres, construido hospitales y mejoras a la salud?

¿Los tirapiedras habrían mejorado la educación?

¿Los grandes capitalistas millonarios del país y sus socios extranjeros habrían construido vías, puentes, aeropuertos, hidroeléctrica, refinería y rehabilitado el ferrocarril, entre otras obras?

¿Los opositores a la explotación minera e hidrocarburífera habrían solventado los programas sociales?

El ahorro por sí mismo se dará positivamente cuando las grandes obras y proyectos del gobierno de la Revolución Ciudadana, nunca ofrecidos en campaña, culminen.

Al margen de leguleyos que en campaña ofrecieron, cual lámparas maravillosas, fantasías inalcanzables, pero cuando llegaron al poder ustedes saben más que yo la suerte que corrieron.

Los obras realizadas y proyectos en ejecución son gigantes y desproporcionados si los relacionamos con el cortísimo tiempo de administración de un honesto, emprendedor, inteligente, patriota, dinámico, incansable y vigoroso gobernante de la Revolución Ciudadana, nuestro presidente Rafael Correa Delgado. Dueño de una gran trayectoria por demás elocuente, dentro y fuera de nuestra patria.

El mejor referente en la calificación de un buen gobernante es el apoyo espontáneo y generoso de su pueblo.
Hasta la victoria siempre, señor Presidente.

Atentamente

Fabián Chiluiza Villalva
C.C. 180002675-7