Después de más de 14 horas de vuelo, finalmente puede ver a lo lejos un cúmulo de estructuras. A medida que el avión descendía se podía apreciar claramente avenidas, edificios, zonas verdes, todo este escenario me indicaba que estaba aterrizando en medio de la ciudad en la que viviría al menos un año. Quito me conquistó rápidamente. Un año se convirtió en 10. Desde que pisé tierras ecuatorianas, en el 2004 he quedado complacida del desarrollo del país. Uno de los países latinoamericanos con los mejores logros económicos, sociales y políticos. Conocí la Revolución Ciudadana, la cual me convenció de que el rumbo que seguiría este país sería mucho mejor, un gobierno socialista, democrático e incluyente. Nadie lo puede negar.
Este pequeño país se ha convertido en un referente para la región y el mundo. Así lo siento y así lo vivo. Por ejemplo, para remitirme a los datos el informe anual de las Naciones Unidas del índice de Desarrollo Humano que considera tres aristas: Esperanza de vida, educación y nivel de ingreso, señala que durante un período de 5 años Ecuador pasó a ser una nación con un desarrollo humano alto, por lo tanto ascendió 10 puestos. Esto evidencia mejoras en la educación, salud, y nivel adquisitivo. Además, de los 7 mil kilómetros de carreteras construidas por el actual Gobierno y la inversión en educación e innovación.
Encontramos a la Ciudad del Conocimiento Yachay, una ciudad dedicada a la investigación y a la innovación tecnológica, en la que se reclutan los mejores talentos para trabajar, investigar y enseñar. El aspecto económico se incrementó el 16% según indica el informe de la ONU. El ingreso anual bruto per cápita en Ecuador convertido a dólares, usando tasas de paridad de poder adquisitivo, pasó de 6.425 dólares en 2006, a 7.471 dólares en 2012. Asimismo, según la Cepal, señala que Ecuador posee una de las tasas más bajas de Latinoamérica de desempleo, 4,12%. ¿Vivimos un milagro? No, vivimos una revolución participativa y ciudadana.
Quito ha logrado obtener 20 premios internacionales, como uno de los mejores destinos turísticos y la tasa de delincuencia ha disminuido, podemos tomar taxis seguros, podemos disfrutar nuevos espacios públicos, recorrerla en bicicleta y, sobre todo, disfrutar una ciudad que avanza. Esto definitivamente no es un milagro, las competencias de quienes dirigen la política pública y el amor al país es lo que ha logrado estos maravillosos resultados.
Soy mujer, madre de dos niños ecuatorianos y lo mejor es que este país me permite decidir por su futuro y ante esto los/las extranjeros/as, hijos/as adoptivos /as de esta ciudad, tenemos el compromiso de seguir apoyando esta revolución, sin dudas, y agradeciendo a esta patria grande por toda la dicha que nos ha dado y por tener la oportunidad de vivir estas grandes transformaciones.
María de Varese
