Los conos, los ladrillos y los barriletes (rojos) son auxiliares de señales de tránsito que ayudan al conductor a definir su carril, a suplir las señales de pintura del piso o para prevenir al conductor de un accidente o daño metros más adelante, todo eso está bien.
Resulta un absurdo que los utilicen para suprimir un carril en la avenida Samborondón, justo cuando retornan a sus hogares los residentes de este inmenso sector, entre las 17:00 y las 20:00, o más adelante para tomarse el siguiente carril para comodidad de los que utilizan los “retornos”. Nos exponen a diario a que nos choquen o chocar a quienes conducen sus vehículos por el carril vecino.
Esta “operación” requiere la colocación de unos 30 conos, entre 5 a 10 vigilantes y hasta una patrulla para bloquear el paso. Nos exponen a tales riesgos de lunes a viernes. Los feriados y los fines de semana no realizan esta labor, siendo el tráfico vehicular igualmente numeroso.
Más adelante (retorno 6) vuelven los benditos conos a obstruir otro carril, para comodidad de los vehículos que giran hacia las nuevas ciudadelas con frente al río Babahoyo.
Por otra parte, están imponiendo una cultura de desobediencia a semáforos y señales de tránsito, contrariando disposiciones de la ley y/o del reglamento: cuando el semáforo enciende la luz verde nos detienen y cuando encienden la luz roja nos obligan a seguir.
Ab. Sucre Calderón Calderón