La revolución del 9 de octubre de 1820 es un suceso histórico de trascendencia nacional, por su incidencia y motivación en otros movimientos de la tormentosa época, que pugnaban entre escollos y acciones heroicas a liberarse de la alevosía peninsular. La jornada octubrina, con la guía de Antepara, Olmedo, Febres Cordero y Ana Villamil de Icaza, se propagó a otras ciudades del interior, como desafío, hasta alcanzar la liberación política definitiva. El proceso independentista culminó con el episodio de Pichincha y abrió el camino hacia la instauración de la era republicana. Los hechos históricos no retroceden, pero sirven de lección en los tiempos modernos, a la partidocracia, seudoizquierda, traidores y columnistas aduladores de la derecha política, de que los patriotas lucharon por convicción y principios, mas no por ambición de riqueza y poder. En cada etapa del período republicano se destacan las siglas del partido que asume el poder estatal, pero a consecuencia de las contradicciones que operan en la sociedad, la política se convierte en instrumento para el manejo ilegal de los asuntos públicos, en beneficio propio y de los sectores oligárquicos. Se definen tendencias opuestas, la derecha en defensa del sistema explotador y la izquierda comprometida a luchar por la justicia social, pero por la proliferación de partidos se genera una confusión en los sectores populares, estudiantiles e indígenas que no aciertan a identificar a sus defensores y enemigos.
Con el advenimiento de Rafael Correa, apoyado por hombres y mujeres progresistas, se instaura el proceso para la nueva independencia ampliada al ámbito social y económico, de acuerdo con los postulados del Socialismo del Siglo XXI. Llegó la hora del cambio y van quedando en el pasado el enriquecimiento ilícito, la injusticia, la extrema pobreza, la corrupción y el privilegio de los más audaces. Solo los columnistas de la “prensa privada” se hacen los no videntes, para no ver los gigantes planes de viviendas, salud, vialidad, educación gratuita, proyectos de ayuda a los minusválidos y el respeto a los derechos humanos.
Hemos entrado en el período de la nueva independencia, que significa justicia e igualdad en la distribución de la riqueza. Es tiempo de que los ricos trabajen y que dejen de ser más ricos y que los pobres dejen de ser menos pobres. El mejor homenaje a los patriotas del 9 de Octubre es continuar en la contienda hasta lograr
el exterminio de la clase dominante y el florecimiento de la justicia social.