El invierno aún no termina, pero las secuelas ya se sienten y han desnudado a nuestra ciudad. El temporal de este año -que en realidad no ha sido de los más fuertes, en comparación con otros- ha servido para que la ciudadanía se dé cuenta de las múltiples fallas que tiene esta urbe, empezando por su alcantarillado.
Desde hace más de cinco años que el Cabildo tomó la competencia del alcantarillado y aún varias zonas de la ciudad están con problemas. Y esto no es cuestión de decir que “solo las invasiones son las que se inundan”, porque ciudadelas como Las Orquídeas y Los Vergeles -con más de 30 años de creación- también pasan anegadas en los inviernos.
Otro caos revelado con las lluvias es el de la regeneración urbana. La falta de planificación municipal llevó a que no se mida que con lluvias no se pueden hacer este tipo de trabajos.
Ahora vemos todas destrozadas las calles de Urdesa Central y del centro de la ciudad. Adoquines regados, lodos en las calles, palizada corriendo por las veredas. Cuánta falta de previsión. Hay que separar los temas electorales, esto no es cuestión de ganar votos, sino de servir a la ciudad más grande del Ecuador.
Vicente Páez
Guayaquil