La geopolítica a lo largo de la historia ha jugado un papel preponderante en las relaciones internacionales y sin duda también en muchos conflictos bélicos que han buscado expandir el dominio territorial, a lugares considerados altamente estratégicos por su ubicación -salida al mar- o por la cantidad de recursos naturales existentes -materias primas, recursos energéticos-.
No es casualidad la instalación de bases militares norteamericanas en muchos puntos del globo -Afganistán, Irak, Kuwait-, y en Latinoamérica -Guantánamo, Cartagena, etc.-, que so pretexto de repeler movimientos terroristas y al narcotráfico se han constituido en lugares propicios para el espionaje satelital, a fin de precautelar sus intereses y monitorear el comportamiento de diversas regiones del planeta.
No se puede dejar de lado episodios anecdóticos en nuestro país, cargados de un fuerte tinte geopolítico, como cuando la osadía sin límites de los “gringos” pretendió fallidamente rentar las islas Galápagos, por un periodo de noventa y nueve años, o el conflicto armamentístico con nuestro vecino del sur, en donde los reales actores eran las empresas petroleras, asentadas en ambos países pugnando por un territorio que se creía lleno de reservas de petróleo.
En un futuro no muy lejano y acorde a como se desarrollan los acontecimientos en el escenario mundial, se pueden avizorar grandes conflictos geopolíticos por recursos naturales en peligro de extinción. Un ejemplo de ello, el agua, pues su uso inadecuado, sumado a una serie de circunstancias ambientales, amenaza gravemente su existencia.
Tito Javier Espinosa Vélez